4 nov 2014

Carta a mis papis.

Hoy hago un alto en mis cuentos para traeros la carta que mi perrita me ha enviado esta tarde.
Aquí la tenéis.

Carta a mis papis.

El viaje ha sido cómodo, me cuidaron muy bien las azafatas, todas vestidas de blanco inmaculado.
Durante el vuelo me sirvieron una cena exquisita, aquel atún me recordaba a casa, las noches después del paseo, de correr con mis amigos y vosotros, las caricias y besos que precedían a la cena, la habitación compartida con Vilma, el sofá y los sillones, aquella cama para nosotras...

Todos fueron muy simpáticos. Al llegar, un gran mastín negro, elegante, nos dio la bienvenida, a todas y todos, porque durante el viaje siempre fui acompañada de más amigos. 

Ahora os escribo desde esta estancia, aún no puedo acostumbrarme, pero se que nunca más os veré ni os tocaré con mi húmedo hocico como siempre hacia para llamaros la atención.

Solo quiero escribir esta carta para deciros que mi amor siempre os acompañará.
Para haceros entender que vuestra labor es auténtica, conmigo conseguisteis un acto extraordinario.

Yo siempre viví en la calle, nunca me quisieron antes, todo eran carreras para esquivar piedras y patadas, conseguir comida en los basureros.
Ahora os lo puedo decir, por eso me daba tanto miedo el camión de la recogida de basura. 
No recuerdo en mis pocos años de vida, ningún momento bueno o divertido, hasta el día aquel.
Yo tenía frío y mucho miedo, sin darme cuenta algo me sujetaba y no podía moverme.
Entonces oí las voces amables, me limpiaron cariñosamente, me dieron de comer. Empecé a entender que en esta perra vida, había gente desagradable y mala, pero también otros muy amables y buenos.
De ahí, me llevaron en jaula a una casa, nunca había entrado en ninguna.
Y no sólo no me daban patadas, sino que me acariciaban y tenía siempre dispuesta la comida.
Aquel hombre era un Ángel para mi. 
Entonces fui entendiendo que en la vida también hay cosas buenas para disfrutar.
Cuando empezaba a acostumbrarme a mis compañeros humanos y caninos, pensando que nada mejor podía ocurrirme, llegó el día.

Otro viaje en coche, esta vez corto.

Y allí estabais vosotros, yo con mi miedo, solo vi a dos nuevas personas que, para mi alivio, no me hacían ni caso, pero si a otra perrita como yo, pero negra, muy guapa.

El paseo me tranquilizó, os acordáis?
Después un poco de cena, besos, caricias y a descansar.
Al día siguiente empecé a entender la nueva situación, seríais mis papis, para darme la felicidad que nunca antes había conseguido, acompañados de esa espléndida compañera que tenía al lado, Vilma.

Siguieron días de juegos, carreras, saltos, besos, caricias, una rutina a la que me acostumbré rápidamente y me hizo olvidar todos esos anteriores y malos años vividos.

Y entonces ocurrió. Porque la vida es así, las cosas pasan, nos hacen fuertes, expertos y sabios.
No os preocupéis por nada, aquí estoy fenomenal, vosotros solo hicisteis lo que mucha gente no recuerda, cuidar y querer a sus animales, porque todos tenemos derecho a habitar el planeta, nuestra tierra.

Hacía días, antes de aquel fatídico momento que no me encontraba ya pletórica, como siempre.
Vosotros lo visteis y el veterinario lo confirmó, ante esa enfermedad incurable, supisteis sobreponeros y colmarme de más cariños y besos, de más cuidados y abrazos.

Yo entonces no entendía los viajes, los veterinarios, las pastillas, las gotas en los ojos, los pinchazos buscando mi sangre, pero nunca rechisté, teníais vuestras razones. 

Poco a poco me iba apagando, pero siempre en vuestra compañía, con vuestra presencia y vuestra energía, con la ayuda necesaria para disfrutar de la vida hasta el último suspiro.

Se que no os voy a ver más, pero lo que hicisteis conmigo tendrá premio.
Yo como otros animales intercederemos por personas como vosotros, que se vuelcan en salvar a otras especies de la maldad humana.

Se que no nos veremos más, pero mi energía alimentará vuestra existencia, mis imágenes nunca se borraran de vuestra mente, en agradecimiento a vuestro esfuerzo, a vuestra lucha.

Sabed que igual que yo, nunca estuve sola, vosotros siempre tendréis la compañía de hermosos animales que os cuidaran como vosotros hicisteis y seguís haciendo.

Tengo que acabar y me gustaría compartir con Vilma, mis ultimas letras.
Quiero enviarle mi agradecimiento y un achuchón muy grande, por cuidarme como lo hizo, por ayudarme, por ser una perrita tan inteligente.

Adiós papis, gracias por todo, pero no lloréis por mi, estoy fenomenal en este magnifico cielo.
Aquí solo hay buenos animales para jugar y disfrutar. No nos falta de nada, hasta una piscina climatizada a nuestra disposición, el sol siempre brilla, la luna esta eternamente llena. La comida siempre está dispuesta y a nuestro gusto.

Seguid vuestra existencia y ayudar a muchos amigos míos a confiar de nuevo en las personas, negaros a tirar la toalla por dura que sea la vida, porque yo, como Coco, Buff, Vilma y los siguientes que vendrán siempre estaremos con vosotros.
Mucha paz y amor.
Besitos, abrazos y achuchones.

Firmado.      MENTA. 

PD.  Recordar que la muerte nunca es el final, puede ser otra forma de felicidad.
 

1 comentario:

  1. No puedo estar mas de acuerdo con Menta, pero el dolor es imborrable en estos momentos. Que seas tan feliz como en esos dias en que corrias junto a Vilma delante, detras y al lado de tus papis. Un beso a tod@s.

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