-Aún me tiemblan las piernas, pero aquí estoy, dispuesto para la lucha contra la bruja.
Os explicó la situación.
Hace un rato, estaba en mi despacho cuando recibí la llamada de Monie, mi gata, como sabeis.
Me dijo lo siguiente.
-Josep, soy Monie, tenemos un grave problema.
-Que me dices, respondí yo, cuéntame.
-Mira, siguió hablando Monie, la bruja es muy lista, nos tiene atrapados a los tres.
-¿A quien? Y ¿que bruja?
Monie continuó su relato.
La bruja que hechizó a María. Como sabía que iríamos a detenerla, consiguió engañar a una mujer del pueblo, con un conjuro la convirtió en su imagen y le inyectó en las venas un potente veneno retardado, por eso nadie pudo ver como se suicidó en la cárcel, al detenerla, la mujer ya estaba prácticamente muerta y no opuso ninguna resistencia, al pasar las horas el veneno hizo su efecto mortal.
Mientras ella, tenía atrapados a María y Xavi, por eso habían desaparecido.
Y preparó su venganza.
Cuando la vimos en la calle ya no era María ni Sofía, era la bruja con su aspecto, consiguió engañarnos y ha puesto en marcha su plan.
Me atrapó a mi, con engaños y aqui estamos los tres, Maria, Xavi y yo.
Tienes que salvarnos o moriremos en pocas horas.
Te doy la direccion y ven preparado.
Delante de la puerta estoy, temblando.
Voy a entrar.
El panorama no es nada alentador, al final del oscuro pasillo una habitación grande.
Justo en medio está Monie, la rodean cuatro grandes perros negros, doberman.
-Hola Monie.
-Hola Josep, ya ves, los animales están preparados para atacarme al menor movimiento, si me estoy quieta no pasa nada.
¿Puedes hacer algo?
-Lo intentaré, espera que miro por aqui.
-No tardes, contestó la gata.
Mi cabeza razona a mil por hora, hasta que lo vi, claro, podría ser.
-Monie, tengo una idea, estate tranquila, voy a poner estos grandes espejos delante de cada perro enfocandote a ti, lentamente, hasta que cada animal vigile tu imagen.
No te muevas.
Ya lo tengo, ahora pasaré una cuerda por la lámpara grande que tienes encima tuya, enróllatela en el cuerpo.
-Ya está, dijo Monie.
-De acuerdo, cuento hasta tres y tiro hacia arriba, tu salta a la vez, los perros se lanzarán contra los espejos y quedarán atontados, nos dará tiempo a escapar.
-Espero que si, dijo Monie.
-Uno, dos y...
Tres.
Monie saltó ágilmente hacia arriba ayudada por la cuerda y los perros chocaron contra los espejos.
-Corre vamos, sal rápido y cierra la puerta.
-Recuperemos el aliento.
-Por poco, menos mal, dijo Monie, bueno ahora nos toca encontrar a Xavi y María.
-Sigamos pues.
En la otra habitación estaba ella.
Dormida sobre una gran urna transparente, rodeada por un lago de agua, dentro se movían unos peces nada amables, en uno de los extremos había una báscula, tenía marcado cincuenta quilos. Dentro de la urna podia verse un gas flotando que no presagiaba nada bueno.
-Espera, Monie, sigamos, busquemos primero a Xavi.
-De acuerdo, entre tres será más fácil rescatar a Maria.
La siguiente estancia estaba muy iluminada, allí se encontraba Xavi, tocaba una pequeña flauta y estaba rodeado por seis serpientes de cascabel, todas concentradas en su música.
-Ya lo entiendo, dijo Monie, las serpientes no le atacan mientras suene la música,
¿Cómo podremos liberarlo?
-Creo que tengo una idea, le contesté, esta es una casa grande y vieja, seguro que tiene ratones y tu eres una gata, venga te toca cazar.
Monie no tardó en conseguir su botín, unos cuantos roedores.
-Xavi, escúchame atentamente, hemos metido los ratones en una bolsa, en cuando los echemos por encima tuyo, distraerán a las serpientes, tu eres atlético, te toca saltar cuanto puedas y salir rápido del círculo.
¿Estas preparado ?
Xavi asintió con la cabeza.
Los roedores cumplieron su trabajo, algo muy apetitoso para las serpientes. Xavi saltó y nos alejamos lo suficiente.
-Espera, necesitamos una para protegernos, la bruja debe andar cerca.
Con una bolsa vieja y un palo largo, conseguimos atrapar una serpiente, la cerramos y salimos de allí.
Volvimos a la estancia donde estaba María.
-Fíjate bien, dijo Xavi, realmente no existe el agua ni los peces, son solo una proyección con cámaras desde el techo.
-Tienes razón, podemos acercarnos a ella, pero esos gases dentro de la urna no parecen muy buenos.
-No, siguió Monie, ya lo entiendo, la báscula da el peso de María, es justo lo que aguanta cerrada la urna, si la despertamos y se levanta, los gases escaparan y estamos muertos.
-¿Se te ocurre algo? Dijo Xavi.
-Estoy pensando.
Pero, allí hay arena, fíjate, en ese patio.
-Si, dijo Xavi y unos sacos.
-Monie, ¿tu cuanto pesas?
-Ahora diez quilos, dijo ella.
-De acuerdo, Xavi llena cinco sacos, usando de contrapeso a Monie.
El chico llenaba los sacos, casi exactos de peso.
-Creo que se como podemos hacerlo.
¿Ves aquella cuerda gruesa?
-Si dijo Monie.
-Esta bien, la engancharemos en la lámpara, es grande y aguantará, ata los sacos en ese extremo, yo dejaré caer el peso, lentamente, tenemos que coordinarnos.
Cuando estemos a punto, Xavi, coges en brazos a María y yo dejo la arena, tenemos que hacerlo juntos.
Venga.
Xavi se preparó, al momento de levantar a la chica, los sacos ocuparon su sitio.
-Ufff, menos mal, el peso está muy bien.
Mientras Xavi con María en brazos, aprovechó para besar sus labios, amorosamente, con mucha suavidad y ella despertó.
Sus ojos brillaban a la luz de los focos, sus miradas se entrecruzaron.
-Bien, bien, chicos, ya tendréis tiempo luego, recordar que la bruja nos espera.
Seguimos buscando.
La siguiente estancia era muy oscura, cuando adaptamos la vista, se veían unos grandes ventanales y en el medio una figura siniestra, se oyó la voz de la bruja.
-Os estaba esperando, habeis tardado mas de lo que pensaba.
JAJAJAJA.
Pero ahora acabaré con todos juntos.
La bruja se incorporó y levantó los brazos, pero no esperaba nuestra reacción, ya lo habíamos preparado al entrar;
María saltó hacia un ventanal y Xavi al otro, a la vez abrieron las grandes hojas, iluminando la estancia con una fuerte claridad del sol, mientras todos usamos las gafas para protegernos, esta vez estábamos preparados, Monie saltó sobre ella, quitándole, con el golpe, la varita de madera que empuñaba, y aprovechando su ceguera momentánea, conseguí embutirla dentro del saco, con la serpiente dentro, esta hizo su trabajo, la mordida fue mortal y la bruja cayó al suelo al instante.
Los cuatro pudimos ver como su cuerpo se convertía en ceniza y volaba con la suave brisa exterior.
Todos suspiramos aliviados, nos abrazamos.
-Maria, tus tíos te están esperando, pero Xavi no te dejará sola, creo que os irá bien.
Monie, tu y yo tenemos que volver a casa, y sobretodo mira donde te metes la próxima vez.