29 jun 2013

La placa


Erika y Felip disfrutaban de una velada nocturna y romántica. 
Después de diez años el reencuentro bien valía una cena espectacular.
La ensalada con arroz bomba y frutas tropicales, aderezada con crema de yogur y zumo de fresa, estuvo excelente, pero la langosta gratinada con salsa alioli y verduras braseadas, despertó todos sus sentidos.
El camarero rellenó las copas con un magnífico champan francés, bien frío
-Brindamos? Preguntó el.
-Claro, como no, Chin-Chin por la espera y por el botín de estos años.
No acababan de beber el primer sorbo, cuando un hombre vestido con un traje azul marino, impecable, se les acercó, enseñó su placa al camarero, para que le dejara pasar, y a continuación les dijo.
-Están detenidos. Soy inspector de policía, hace mucho tiempo que les sigo la pista y por fin los encuentro.
Las risas de Erika y Felip resonaron en el comedor.
-Muy buenas inspector, dijo el. Se puede saber en base a qué, quiere detenernos.
-Está bien, contestó el policía. Yo empiezo la historia y espero el final de sus bocas, después pasarán a disposición judicial.
-De acuerdo pues, me presento, yo soy Felip y mi pareja Erika, mientras chocaba su mano con la del inspector. 
Una leve sonrisa se pintó en su cara, mientras giraba la vista hacia la mujer.
El policía apretó la mano, pero un ligero escalofrío recorrió su cuerpo, seguido de un casi inapreciable espasmo.
-Bien, continuó, me llamo Alex, soy inspector de policía y los investigo desde hace ocho años, se que están separados, porque antes habían sido pareja, usted Felip es un cardiólogo reputado con un expediente inmaculado, aunque tres mujeres han muerto en sus brazos, en extrañas circunstancias y le han reportado unos cuantos millones en seguros de vida. 
-Si, tiene razón Alex, hace diez años decidimos separarnos y mi vida se arregló con tres mujeres que para mi desgracia han muerto, pero todas fueron investigadas, yo no tuve nada que ver.
-Curioso, continuó el policía, que siendo usted cardiólogo, las tres murieran por problemas con el corazón.
-Casualidades de la vida, supongo, dijo Felip.
-Y Erika, como está?
-Muy bien, dijo ella.
-Una gran y conocida científica, continuo Alex,  con muchos premios en su nombre, pero con cinco maridos muertos en diez años, eso si, tambien con muchos millones ganados en pólizas de vida. Vamos, dos millonarios que se reencuentran.
-Exacto. Dijo Felip. Así es, después de tanto tiempo y diferentes parejas, nos hemos vuelto a descubrir. Tenga una copa, inspector, brinde con nosotros.
Una carcajada sonó en la estancia.
Mientras bebían el caro champan frances, el policia se notó indispuesto, le faltaba la respiracion, el brazo izquierdo no podía moverlo, soltò la copa, que cayó al suelo y se desplomó.
-Avisen una ambulancia, rápido, gritó Erika.
El camarero llamó raudo a emergencias.
Alex desde el suelo antes de perder el sentido, observó como la pareja brindaban mientras reían, sin poder hacer nada, por impedir que se marcharan.

Alex despertó en el Hospital, al preguntar, un doctor se le acercó.
-Lleva tres días en coma, pero por fin ha despertado, un síncope cardíaco le ha tenido durante muchas horas al filo de la muerte, ha tenido mucha suerte.
-Pero, dijo el, yo nunca he tenido problemas con mi corazón.
-Pues, a partir de ahora, le respondió el doctor, tendrá que vigilar mejor su vida, si quiere continuar aquí.
-Gracias, contestó Alex.
Su cara me suena, le conozco?
-No creo tener el placer hasta su llegada, pero debe descansar. Si necesita algo, avísenos, me llamo Pilef.
Por cierto, una señora está esperando para visitarlo, dice que es familiar suyo. 
-De acuerdo Doctor Pilef, déjela entrar, será mi madre.
-Es muy joven, para serlo, contestó el, pero allá usted
El cirujano abandonó la habitación y al instante una mujer muy atractiva, rubia, con un ceñido vestido azul que resaltaba su esbelta figura entró.
-Hola Alex, es usted, verdad?
-Si, si, quien eres?
-Solo soy un correo, me llamo Akire, debo un favor a una amiga y me han hecho venir para entregarle esta tarjeta mini SD, dentro hay información muy importante. Me ha encantado conocerlo. Buenos días.
Y abandonó la habitación al instante. 
Alex no salía de su asombro, una tarjeta con información, le pareció muy interesante, llamó a la enfermera.
-Que necesita?, le preguntó ella.
-Señorita, hay algún compañero mío ahí fuera?
-Si, dos policías están esperando que despertara.  Contestó ella.
-Por favor, pidió Alex, dígales que pasen.

Al momento entraron en la habitación.
-Inspector, está bien?
Nos sorprendió su desvanecimiento, estamos investigando, pero ni los médicos han visto nada raro, solo el ataque cardíaco, ni en el restaurante pudieron decirnos que hacía allí.
-Estaba investigando unos asesinatos, contestó Alex y creo que intentaron hacer lo mismo conmigo, pero no pudieron.
Por cierto, necesito la tablet que llevas, lee tarjetas SD, verdad?
-Si, si. Aquí está.
-Gracias.
Esperarme fuera, que nadie me moleste, tengo que ver una cosa urgentemente.
Los policías abandonaron la habitación.
Alex introdujo la tarjeta en la tablet, contenía un archivo, lo abrió y allí empezaron las sorpresas.
En la pantalla apareció la pareja que estaba investigando, Felip y Erika, brindaban, bebieron la copa de vino y se besaron, el se giró hacia la cámara que gravaba y habló.
-Señor inspector, como nos comprometimos aquella noche con usted, le voy a explicar como sucedieron los hechos, al finalizar este video, le recomiendo que corra si quiere atraparnos, pues el avión casi habrá llegado a su destino en Brasil y esta tarjeta se autodestruirá. Esta avisado.
Erika, que es una excelente científica siguió unos estudios, donde comprobaron que una nueva sustancia se desprendía al pulverizar grafito, le llamaron grafeno.
Es un producto muy maleable, muy ligero y resistente, se adapta a cualquier forma y no pesa nada, transparente, es un material real, pero mejora la ciencia ficción.
Erika consiguió producirlo en suficiente cantidad para trabajar con el, es barato, pues cada vez que usamos un lápiz producimos unas pequeñas  y minúsculas partículas de grafeno.
Descubrió también que es un magnífico conductor.
Y resultó el arma perfecta, para el asesinato ideal.
Mis conocimientos médicos y en cardiología, ayudaron a conseguir el mejor efecto de ese arma mortífera.
Erika pintaba en la palma de la mano, una invisible capa de pintura de grafeno, camuflando  un minúsculo emisor de descargas eléctricas. La potencia se calculaba especialmente para usar en la persona adecuada, esa era mi tarea como especialista, ella aislaba la miniaturizada bomba, para que afectara solo a la otra persona, al poner la mano encima del pecho, la descarga saturaba al corazón, produciéndole una arritmia muy potente y el consiguiente efecto coronario, que destrozaba la vida del afortunado, fácil, limpio e imposible de detectar, tres caricias después de firmar las pólizas de vida y tres funerales sin despertar sospechas.
Alex, no daba crédito a lo que estaba viendo, pero entendió lo difícil que iba a ser demostrar esos asesinatos.
El video continuaba.
Con Erika, nos divertimos más, ella primero usaba un producto que subía la lívido  de sus maridos, los exprimía al límite en la cama, gozaba con ellos, Erika es una mujer muy ardiente.
Después los trataba con el producto contrario, el hombre no era capaz de contentarla casi nunca, el momento de visitar al doctor estaba servido. Allí entraba yo en juego.
El arma montada tenía la suficiente energía para usarse en una palpación sexológica rutinaria, pero afectaba lentamente al latido del corazón, en pocas horas, el hombre moría en su cama, casi sin darse cuenta. Así hasta cinco, eso siempre después de firmar la póliza.
Casi llegamos al final.
verás Alex que no puedes demostrar nada contra nosotros, todo fue natural, pero, más vale que corras, esto se destruirá en pocos segundos. Aunque morirás igual.
Recuerdas que Akire te dió la tarjeta? Una máscara hecha con ese producto no dejó que reconocieras a Erika en ese momento, pero a la vez dejó una mini cámara con la que te observamos.
Empieza a correr, porque sino morirás con la explosión.
 Bueno...
Te diré toda la verdad, el doctor Pilef ya se encargó de instalarte una pequeña arma, en una placa de grafeno, en cuando corras, tu corazón subirá las pulsaciones y accionará el circuito eléctrico que producirá la descarga paralizando tu órgano.
Vas a tener la suerte de poder decidir como morir...
La cuenta atrás ha empezado.
Alex se arrancó los cables, tiró la tablet al rincón y salió corriendo y gritando, llamando a sus compañeros.
Ellos solo pudieron oír, antes que el se desplomara.
-Atrapar al doctor...

La enfermera entró rápidamente, mientras socorrían al inspector, recogió la tablet y extrajo la tarjeta.

El doctor preparó la máquina para las paradas cardiorespiratorias...

Treinta minutos después certificaba la muerte.

-El paciente a muerto a las catorce horas y trece minutos. Su corazón se paró y no pudimos recuperarlo. 
Estaba firmado por el doctor Felip. Cirujano.

El funeral atrajo a muchos amigos y compañeros, algo lejano un lujoso coche negro paró.

Al marcharse todo el mundo, una pareja se acercó a la tumba.

Brindaron delante de la lápida.
-Hasta siempre dijo Erika.
-Descanse en paz. Dijo Felip.
Una chica joven, con un vestido negro y los ojos llorosos, se les acercó.
-Conocían a mi padre?
-Claro que si, eres Mimi, verdad?
-Si, contestó ella.
Tu padre nos habló mucho de ti, quieres comer con nosotros? Y hablamos de el y de ti?
-Siempre, le dijo Erika, hemos querido tener una hija. Y tu padre era un hermano para nosotros...

21 jun 2013

Elena


Ella abrió los ojos. Estaba en una cama, el techo pintado de un rosa pálido no le traía recuerdos. Al fondo un gran ventanal dejaba entrar los escasos rayos solares que se colaban por los agujeros de la persiana.
Donde estaba, se preguntó. 
Primero en su mente, luego en voz alta.
-Donde estoy?
El eco resonó en las paredes desnudas y blancas.
Nadie contestó.
Intentó levantarse, no pudo.
Movía la cabeza, pero el cuerpo estaba sujeto a la cama.
No recordaba nada.
No parecía un hospital.
La verdad, pensó, que no tenía ni idea de donde estaba ni quien era.
Le llamó la atención unas flores en un jarrón que había sobre el mueble. 
Le sobresaltó un ruido, la persiana subía, era automática, la luz entró intensamente en la habitación, pudo ver claramente que había allí.
La cama y al lado un mueble. Nada más. 
Ella estaba tapada con una sábana, no tenía frío.

Volvieron los ruidos, el techo se abrió, se desplazó lateralmente dejando a la vista una gran ventana. Una luz blanca entraba por allí.  Al instante vio unas sombras que se acomodaban en el espacio abierto. La observaban.
Con estupor notó como la sábana que la cubría se retiraba, mostrando su desnudez.
La cama ascendió y empezó a girar, en cada pequeño movimiento un golpe seco resonaba, le pareció que la fotografiaban y la estudiaban.
Cuando su altura era de un metro sobre el suelo, la cama descendió, quedándose ella suspendida en el aire, las gomas que la mantenían sujeta empezaron a estirarse y la llevaron a un cambio de posición, ahora podía ver el suelo.
No entendía que sucedía, estaba sujeta y solo se movía como le mandaban las gomas que la tenían presa.
Varios haces de luz del techo y de las paredes atravesaban su cuerpo. De diferentes colores.
Tenía calor, cada vez más.
La intensidad de la luz fue aumentando. Notó como su cuerpo empezó a girar lentamente, sobre si mismo. Pero incrementando la velocidad progresivamente.
Perdió la noción del tiempo y del espacio, volaba.
La temperatura fue subiendo y concentrandose, por el efecto de los rayos luminosos, en tres puntos concretos de su cuerpo, su nuca, su boca y su sexo.
Cada vez giraba más rápido y el placer se multiplicaba exponencialmente.
El orgasmo fue tan intenso y prolongado que ella se desmayó.

Despertó, estaba en su habitación. Sola.
En su mente resonaban unas palabras.
-Gracias por su colaboración. En atención por entregarse a nuestra causa, tendrá pronto su regalo.

No recordaba nada más. Se levantó, había sido muy placentero, pero solo fue un sueño. Hacia tiempo que no tenía pareja ni relaciones. Supuso que esa sería la causa de un sueño tan extraño.

Decidió ir a comer algo, tenía hambre. Se vistió y se perfumó. 
Era una mujer elegante, guapa, psicóloga y muy inteligente. Tendría que estudiar todo lo vivido esa noche para entender la situación.

Entró en un pequeño restaurant, mientras leía las noticias pidió el plato del día.

El camarero se acercó con una ensalada para empezar.
Al levantar la vista, enfrente había un hombre, elegante, guapo, sonriente. Le pidió permiso para sentarse con ella.
Aún estaba inquieta por el sueño y aceptó.
Comieron juntos, hablaron, rieron, se entendieron.
Tanto que sin saber como, acabaron esa noche en la cama.
Hicieron el amor, varias veces, quedaron exhaustos y satisfechos.
Las palabras resonaron de nuevo en su cabeza.
-Su regalo ha sido entregado.

Despertó en una cama. No recordaba nada, no sabía donde estaba.

Entró una enfermera, le dio la ropa para que se vistiera.
Y le dijo.
-Su operación ha sido un éxito. Puede irse Elena.

Ella salió, la esperaba su familia. Aunque no conocía a nadie, le dijeron que su enfermedad le había borrado la memoria, pero la recuperaría poco a poco. Se fue feliz.

-Doctor, dijo la enfermera, tenemos otro caso cerrado.
-Si, contestó el, da gusto así. Hemos conseguido convertir una utopía de muchos siglos en la mejor realidad de nuestra época.
La enfermera dudaba.
-Está seguro doctor?
Conseguir convertir a una asesina en serie, borrándole su cerebro, con una experiencia traumática placentera, en una buena madre y excelente pareja, será aceptado por nuestro consejo ético mundial?
-Estoy muy seguro y satisfecho. Dijo el.
El siguiente paso para dominar esta situación, será aplicarlo a personas normales, para procurarles felicidad.
Y entonces seremos millonarios...
JAJAJAJA 

Las risas resonaban en la mente de Elena, mientras abandonaba la clínica.




9 jun 2013

Deja la caja.


Zynn caminaba por la calle, era tarde, después de finalizar su jornada en la tienda de moda, pensaba en la ensalada con frutos secos y queso fresco que tenía preparada para cenar, cuando oyó maullar un gato.
Se agachó y lo vio, el animal casi recién nacido, estaba dentro de una pequeña caja de zapatos. 
-Pobrecito, pensó. Qué podría hacer, si lo dejo aquí se morirá. Bueno lo recogeré esta noche y mañana lo llevaré a un refugio.
Y así hizo.
El gato notó el calor de Zynn, su cariño, dejó de maullar.
En casa, le puso un poco de leche al animal, mientras ella disfrutaba de su ensalada.
Se fue al sofá, esa noche tenían programada una buena película en la televisión y no quería perdérsela, dejó al gato en la caja sobre la mesa.

Al poco rato la emisión de la tele se interrumpió. Zynn no entendía que estaba pasando, pero la imagen se fundió a negro, se levantó para comprobar que sucedía, entonces se percató. 
La caja de zapatos con el gato era más grande, bastante.
-No puede ser, se dijo.
Se asomó, estaba vacía.
Parecía muy profunda, Zynn se inclinó más, no veía el fondo y cayó dentro.

Estaba en un agujero, bajaba por un tobogán y aterrizó en una sala.

Todo estaba oscuro, no veía nada. 
Sintió como la agarraban de la mano.
Zynn, escuchó que le decían;
-Vamos, ven, yo te acompaño.
Notó como la tumbaban en una camilla.
-Soy el doctor, puedes estar tranquila, a pesar de la pérdida tan rápida de tu visión, hemos podido controlar el nervio óptico, después de la operación podrás ver de nuevo muy bien.
Zynn seguía sin entender nada, tampoco veía, se dejó llevar.
Notó un pinchazo en el
brazo y cada vez le costaba más respirar.
Todo giraba.
Estaba, de nuevo en la caja, al fondo el gato maullaba, se acercó a el.
Pero la sorpresa la detuvo. Esta vez era un león  y rugía.
Zynn salió corriendo. la perseguía.
De refilón pudo ver como el animal saltaba sobre ella y cayó de nuevo. 
Era el tobogán.
Estaba en casa. 
Respiró tranquila.

Aunque algo no iba bien, todo era rosa. 
Su sofá, la mesa, la caja, el gato y la pantalla de la televisión, hasta las paredes.

-Que pasa? Se preguntaba.
Oyó el rugido, se giró. Era el león de nuevo, rosa también, pero seguía dando miedo.
El animal saltó para atacarla, Zynn fue rápida y entró de nuevo en la caja.
Volvió a girar rápidamente, todo estaba oscuro.
Notó que caía.
Justo aterrizó. 
No podía moverse, vio delante, unas figuras de ajedrez, eran peones blancos, al fondo la reina que gritaba, justo al lado una torre muy cerca.
Oyó al caballo, venía muy rápido hacia ella, no pudo esquivarlo, el golpe la devolvió a la oscuridad.

Estaba quieta.
Tenía frío.

Le abrieron los ojos y le enfocaron con una luz potente.
Pudo oír a dos personas que hablaban.
-Que desgracia, tan joven y tan guapa. No puede ser que una operación rutinaria de la vista provoque esto.
-Bueno, dijo el otro hombre, quien iba a pensar que la anestesia tuviera ese efecto mortal.
-Como, pensaba Zynn, estoy muerta ?
Notaba como la vestían y la maquillaban.
Al rato un ascensor la subió, estaba en una urna. Notó calor, mucho calor.
No tenía miedo ni sentía dolor. El movimiento paró.

La oscuridad lo envolvía todo. 

Levemente se oía maullar al gato. Cada vez más fuerte, más cerca.

Se hizo la luz, el animal, esta vez ya grande se paseaba delante de ella.

Quiso moverse para acariciarlo y volvió a caer de nuevo por el tobogan, al fondo se veia una luz muy intensa.
Aterrizó en su sofá.

Suspirò aliviada.
La televisión estaba apagada, en la mesa la caja de zapatos con el gato dormido.
Todo era normal.

Zynn pensó que se había dormido y todo era un sueño.

Pero de golpe el sofá empezó a girar.
Las paredes se cerraban, la caja crecía cada vez más, de dentro salió una rana verde. 
La tenía encima, sacó una lengua larga y le lamía como un perro.
Zynn no podía, la rana le hacia cosquillas, se movió, al saltar, tropezó con la mesa y cayó en la caja.
Giraba y giraba.

Esta vez llegó al final del túnel y acabó en una cama.
Estaba en una habitación, las paredes eran rojas, a su lado dormía un hombre, desconocido.
Había luz pero era tenue.
Oyó llorar.
-Mamá, mamá, quiero levantarme. 
Escuchó que le decían suavemente al oído.
Zynn no sabía que decir, ella no tenía hijos ni marido aún.
-Mamá, mamá, déjame ir.
Volvió a escuchar, seguían los lloros que parecían venir de la otra habitación.
-Zynn ahora te toca ir a ti.
Le dijo el hombre en la cama.
Se levantó, se acercó a la otra habitación.
Allí estaba la caja y el gato, lloraba.

Cogió al animal, aunque extrañada porque lloraba y no maullaba, lo acarició para calmarlo. Mientras el otro niño que corría con un patinete, se acercó mucho a ella y tropezó, empujándola, volvió a caer en la caja.

De nuevo la oscuridad.
Otra vez caía a mucha velocidad, vio por el camino al gato flotando. Poco después notó al león como rugía y con sus garras le rompió la ropa, por la espalda.

Aterrizó en el sofá. No había luz, todo estaba apagado, pero podía moverse, se levantó, encendió la lámpara, la caja estaba allí, el gato no.

No sabía que pasaba, pero no dudó. Como estaba vestida, cogió la caja, salió a la calle, era noche cerrada, se acercó al contenedor del cartón, plegó las paredes y la introdujo en la basura.

Subió de nuevo a casa, no había nadie.
Ni ruidos ni gatos.

Decidió ir a dormir.
Se desnudó y la sorpresa volvió a su cara, el espejo le devolvió la imagen de su espalda, el arañazo era grande, aún tenía rastro de sangre.

Un hombre andaba por la calle, el pequeño gatito maullaba en la caja de zapatos.
Se agachó para acariciarlo y oyó el rugido...