21 nov 2015

No tembleis.

Anoche tuve un sueño espantoso, después de que mi gata Monie volviera para hacerme una visita. Decidió animarme la velada con un par de copas de un buen vino blanco, que trajo con ella y me contó una de las historias más extrañas y sorprendentes que nunca pude imaginar.

Yo dormí mal pero vosotros aún estáis a tiempo de evitar un mal sueño.
Recordar que si seguís leyendo es bajo vuestra responsabilidad.

Inés estaba contenta, después de licenciarse en psicología, consiguió encontrar trabajo en una empresa armamentística.

Llevaba ya dos meses trabajando, cuando le subieron el sueldo. Su jefe estaba encantado con el trabajo.

Esa semana vio una publicidad de un espectáculo de magia extrema que llegaba a un teatro de su ciudad. Llamó a su gran amiga Claudia y compro dos entradas para esa noche.

En su mente sólo había una imagen, hacia varias noches que tenía un repetitivo sueño, se enfrentaba a un monstruo extraterrestre, tremendamente guapo, pero al forcejear con el, este le disparaba un rayo en la barriga y se despertaba sudorosa.
Como en la interpretación, tenía una clara intención de querer estar embarazada, pero no conocía aún a la persona indicada, creyó que un espectáculo de magia le haría ver las cosas diferentes.

Y ahí estaban las dos, Inés y Claudia, en segunda fila y muy cerca del escenario.

Apareció el mago entre música y aparatos, rodeado de sus azafatas.
Este le recordó mucho al extraterrestre de su sueño, Inés se concentró más aún, las casualidades no existen se dijo.

Después de los clásicos trucos, aparecieron flores, conejos, desaparecieron varios artilugios, cortó por el medio a su azafata rubia y consiguió cambiarse en el armario instantáneo.
Llegó el momento cumbre, la sala estaba llena y todos expectantes.

El mago miró fijamente a Inés y le pidió amablemente que subiera al escenario.

Ella accedió. Le recordaba tanto al guapo de su sueño.

Subió.

El mago entre risas de los asistentes, le devolvió su reloj. Y al momento le dijo:
-Hola Inés, te llamas así verdad?
-Si, si, balbuceó ella.
-Quieres pasar la noche conmigo? Te invito a cenar y conocernos.

Inés creía alucinar, todo el mundo estaba aún con la risa anterior, mientras el hablaba con ella. Nadie escuchaba nada.
Realmente pudo comprobar cómo la voz sonaba en su mente, pero no se oía.

Y empezó a flotar.

Suerte pensó ella, que llevaba pantalones, sino vaya ridículo hubiera hecho.

El público se levantó emocionado de sus butacas.
Aplaudían a rabiar.

Inés flotó unos instantes y después de una explosión, desapareció, convirtiéndose en confeti.

El mago aplaudió al público y les señaló la butaca de Inés, allí estaba ella, con un vestido rojo.

Todo el mundo salió muy satisfecho de la función.

Ya en la calle, Claudia le preguntó a Inés:
-Me tienes que explicar ese truco, es magnífico.

Inés algo ruborizada, le dijo a su amiga:
-Vamos a tomar una copa, no te lo vas a creer...

Sentadas las dos ante un gintonic, Inés empezó a contar a su amiga:

-Tu no has visto nada de lo sucedido.
-Como? Pregunto Claudia.
-Realmente para ti pasaron unos instantes, yo he vivido varios meses ahí.
-Que? Te han sentado mal las bebidas ya?
-No. Se que no me vas a creer, pero esto sucedió realmente.
En el instante que reiais, el se comunicó conmigo telepaticamente.
En ese breve periodo de tiempo para ti, me invitó a cenar y me explico su historia.
-Como, como? Preguntó Claudia muy sorprendida.

-El mago, continuó Inés, pertenece a una civilización extraterrestre, se llama Ucxi4, uci para nosotros. En su mundo no pueden tener descendencia, por eso ha venido aquí, para poder tener un hijo, mis sueños estaban controlados por el, me eligió a mi para que fuera la madre de su hijo.
-Espera... Me tomas el pelo, verdad?
Si no quieres explicarme el truco, lo entenderé, pero no me marees.
-Mira, toca mi barriga. Continuó Inés.
-Eh!. Espera... Estas embarazada? De el?
-Si.
-No puede ser, eso es una locura. Además te acabas de pedir una copa con alcohol y eso no es muy bueno para un embarazo.
La risa de Claudia siguió resonando en el ambiente.
-Tienes razón, dijo Inés, no es muy sano, pero tampoco nada de esto lo es, por lo menos para mi mente.
-Realmente estás embarazada, continuó hablando Claudia, pero supongo que eso es lo que ibas a contarme, antes de que el mago te diera la broma perfecta. Y siguió riendo.
-No te equivoques, contestó Inés. Te estaba contando la verdad...

La risa de Claudia se convirtió en una mueca extraña.
-Si, realmente tu no viste nada, sólo como flotaba y luego cuando aparecí a tu lado, de nuevo. Aunque ni siquiera viste que llevaba otro vestido.
-Tienes razón, dijo Claudia. Es verdad, llevabas una ropa diferente. Cuando te cambiaste?
-Claro. Continuó Inés. Puedes creerlo, pasaron tres meses de mi vida en aquellos instantes. Cenamos, nos conocimos, me contó su historia, nos enamoramos y me dejó embarazada.
-En tres meses? Preguntó Claudia.
-Para ti en un instante, respondió Inés.
Y siguió explicando la situación.
-Ellos, otros como Uci, están buscando también parejas para reproducirse en nuestro planeta. Hay muchos. Se comunican telepaticamente. Cuando encuentran a la persona indicada, se produce el encuentro.
-Pero, entonces, realmente nos están invadiendo? Pregunto Claudia.
-Míralo como quieras, sólo te digo que si fuera a pasar eso, yo estaría protegida y mi hijo también.

Claudia miraba al techo del local sin creerse lo que Inés explicaba. No podía ser real, pero nunca su amiga dio síntomas de locura tan extremos.

-Es más, oyó que decía Inés, tengo un pretendiente para ti, si quieres.

Claudia miró totalmente sorprendida a su amiga. No podía creerse nada, pero menos entrar en su juego.
-Lo siento, le dijo, no puedo con esto, si es una broma, es muy pesada y si es real, prefiero no entrar. Adiós.

Auque mientras se acercaba a la puerta, escuchó como Inés le decía:
-Se pondrán en contacto contigo pronto.

Ni contestó, auque pudo adivinar tras un gran aparador, agazapado a Uci, el mago, lo que fuera.
O eso creyó.

De camino a casa, en la zona más ambientada de la ciudad, su atención iba centrándose en una curiosidad, veía muchas mujeres solas y todas embarazadas.
Se estaba volviendo neurótica, pensó.

Pasaron varios días antes de que Claudia volviera a tener noticias de Inés.
Mientras leía sus correos y observaba sus redes sociales, vio que Inés había colgado varias fotos de un bebé.
Estaba muy sorprendida, porque recordaba su último encuentro y sólo había pasado una semana.

Entonces todo empezó a dar vueltas en su cabeza. Junto a las fotos de Inés, seguían muchas más de otras mujeres, también con sus bebés.
Se estaba volviendo loca.
Porque si Inés decía la verdad, la invasión había empezado, claro que también había otra opción, que ella fuera la ida.

Y una voz resonó en su cabeza.
Era cálida, amable, interesante. No pudo resistirse.

Giró la cabeza y lo vio.
Era el hombre de sus sueños, perfecto, musculoso, amable.

La pregunta siguió resonando en su mente y ella aceptó.
No podía dejar pasar ese momento, su amiga Inés tenía razón.
Toda su vida dio un vuelco, era feliz, no necesitaba nada más, reía, amaba, gozaba.

Estaba embarazada.

Volvió a la realidad después de varios meses con el ser que la había enamorado.
Y descubrió que sólo habían pasado dos días en la vida real.

Notó que tenía una orden en su cabeza, reunirse con su amiga y otras escogidas.

Entre todas se protegían.
Mientras iban naciendo los niños.

Ahí empezaron los problemas.

Una noche que estaban todas reunidas, allí eran unas treinta, pero sabían que en otros muchas otras ciudades había otros grupos de mujeres, aparecieron los seres, recogieron a los niños y se marcharon.
Ninguna pudo hacer nada, no pudieron ni moverse, estaban totalmente paralizadas.


La noticia no tardó en saltar a la prensa, aquella fatídica noche una explosión de gas había matado a treinta mujeres en una casa.
No había supervivientes.
 Los investigadores creían que pertenecían a una secta. Y daban el caso como un suicidio colectivo. Sólo una pista desconcertaba a los expertos, todas las mujeres habían dado a luz recientemente. Pero no encontraron ningún bebé.

-Gracias dijo Uci, sois las mejores.
Esto sólo acaba de empezar.
Tenéis que seguir reclutando mujeres.
Nuestro programa de invasión sigue su ruta.

Mientras se despedía.

-Pronto volverán más seres hermanos míos y conquistaremos el planeta...

Inés y Claudia se abrazaban felices.
Sabían que serían las primeras en un nuevo mundo.

-Alto, oyeron. Policía. Entréguense, están detenidas.

Las dos mujeres se miraron extrañadas.
No podía ser que las hubieran encontrado.
-Son sospechosas, siguieron escuchando, de las muerte de treinta mujeres.
Ellas reían, mientras metían sus manos en los bolsillos.

La policía disparó, acribillando a las mujeres.
Cayeron muertas al instante.

Inés flotaba, el mago dejaba al público entusiasmado.
Ella volvía a su asiento de forma sorprendente con un vestido diferente, sus amigas estaban sorprendidas.
Mientras ella giraba su vista hacia el escenario, allí entre las azafatas ayudantes del mago, Claudia sonreía.












No hay comentarios:

Publicar un comentario